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no es el qué sino el cómo Ackermann

No es el QUÉ sino el CÓMO

En los más de 25 años de ejercicio profesional que llevo en el sector de Executive Search me ha tocado vivir casi de todo: etapas económicas de desarrollo, crecimiento y expansión, y etapas de estancamiento, contracción y, cómo no, de crisis. Todas nos han colocado a empresas clientes, profesionales, candidatos, firmas de Executive Search, etc. ante importantes retos y desafíos, de los que, en mi caso, he aprendido y disfrutado.

Sin embargo, reconozco que el momento actual de transformación digital al que nos estamos enfrentando es, sin lugar a dudas, uno de los más apasionantes -a la par que el más exigente- por la revolución que está provocando desde el punto de vista de talento, protagonista de excepción de toda ella.

Nuevas necesidades

El escenario no tiene comparación: comienzan a dibujarse nuevas necesidades a futuro para las que se requieren nuevos perfiles profesionales. Esto hace correr ríos de tinta hablando de las profesiones que desaparecerán (se habla de que entre el 40% y el 60% de los empleos actuales dejará de existir en los próximos 20 años) y, sobre todo, de las que surgirán en un horizonte más o menos cercano. Se estima que dos tercios de los nacidos hoy trabajará en profesiones que no existen todavía  o que ya se están creando, buena parte de ellas relacionadas con la tecnología y el ámbito digital (digital, data scientist, big data, growth hacking).

Un futuro, en definitiva, que se escribe en clave de lo que hoy no existe y un presente, el actual, que supone el punto de partida más inmediato a esta revolución, porque sus efectos ya se empiezan a dejar sentir.

Sobran preguntas y faltan respuestas

Los negocios están obligados a digitalizarse, responder de manera ágil a los desafíos de un mundo que evoluciona y cambia a marchas agigantadas. Las empresas necesitan incorporar talento para responder a ello, pero se encuentran con dificultades; bien porque es escaso el que hay y, por tanto, está muy disputado, bien porque hablamos de nuevas funciones para las que no hay aún profesionales formados; bien porque no hay perfiles claramente definidos para ello. Asumámoslo, no existen fronteras definidas para casi nada, y sobran preguntas, pero faltan respuestas, para casi todo.

Esto nos coloca en una tesitura compleja a los que nos dedicamos a la búsqueda de talento, que nos exige grandes dosis de capacidad estratégica y de análisis, visión transversal y creatividad.

Un ‘para qué’ que determina unas skills

Nuestro trabajo ya no consiste en cubrir puestos o roles predefinidos, como los que existían antaño. Hoy trabajamos más que nunca y en el sentido más literal de la expresión para atender y responder con talento a las necesidades del negocio.

Esto ya no es cuestión del qué sino del cómo, de identificar el para qué y a partir de él, localizar las skills necesarias para ello allá donde se encuentren. Solo así podemos cubrir el gap actual entre las funciones por cubrir y el déficit de talento especifico con experiencia para ello.

Son, por tanto, tiempos de reivención y de construcción. De aplicar grandes dosis de análisis estratégico, ingenio y creatividad en la búsqueda de talento, porque éste ya no entiende de límites, no responde a etiquetas de carreras profesionales determinadas; ni se encuentra en el mismo cargo, en la misma función, en el mismo sector, en la misma rama de conocimiento tan siquiera… Tiempos mágicos y apasionados que nos dan la oportunidad de comenzar a crear ese futuro del mercado del trabajo que, según dicen, estará formado por ingenieros de órganos, brokers del tiempo o diseñadores de sueños, entre otros… Hoy todavía no nos toca “fichar” a estos profesionales, pero quién sabe cuánto tardaremos en tener que hacerlo. Por si acaso, no estará de más que comencemos a pensar en clave de competencias qué definiría a estos profesionales y qué profesiones actuales podrían desempeñar con éxito sus quehaceres, ya que la necesidad seguro que se adelanta a su existencia. Así son los nuevos tiempos, tiempos futuros que son tiempos presentes.

Escrito por Samuel Pimentel, Managing Partner de Ackemann Beaumont Group

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