“Los temas de talento no estaban dentro de las prioridades o preocupaciones del CEO hasta hace muy poco. Hoy, sin embargo, se hace impensable pensar en estrategia de negocio sin pensar en estrategia de talento”, aseguró Samuel Pimentel, Executive Chairman de Ackermann International, durante su intervención en el encuentro “Diálogo entre CEOs y Directivos de Capital Humano” organizado por DCH – Organización Internacional de Directivos de Capital Humano, en colaboración con IESE Business School. Este encuentro reúne cada año a CEOs y Directores de Recursos Humanos con el objetivo de analizar las sinergias, experiencias y visiones desde ambos puntos de vista, así como las expectativas del CEO sobre la dirección de personas y viceversa.
Samuel Pimentel expuso durante su ponencia “Estrategia de negocio y estrategia de persona, un tándem indisoluble en momentos de incertidumbre”, algunos de los motivos por los que no podemos desvincular el negocio del talento:
El 50% de los ingresos globales en 2026 procederán de modelos de negocio, servicios y productos que todavía no existen. “El crecimiento, como explicó, se apalanca en innovación”.
El mercado actual exige velocidad. La agilidad es imprescindible para las organizaciones que buscan entregar valor de manera consistente en entornos complejos y constantes. Y “las organizaciones ágiles son, fundamentalmente, organizaciones de aprendizaje”.
Porque no solo hay que acelerar el motor, sino que también hay que diseñarlo para que funcione de manera más eficiente e inteligente. “Rendimiento y productividad son factores necesarios para garantizar el éxito de una empresa y las organizaciones eficientes necesitan talento comprometido”.
La innovación es una constante, al igual que la aparición de nueva tecnología. Las compañías no pueden confiar en implementar la tecnología y esperar a que genere resultados por sí misma. “Tecnología sin talento sirve de poco”.
El Executive Chairman de Ackermann International compartió datos de un estudio de SHRM Research que pone de manifiesto que la gestión del talento y recursos humanos ha crecido en la lista de prioridades de los CEOs y cada vez más se apoyan en los CHRO de sus organizaciones. Y, por último, aportó algunas de las cualidades que definen hoy a un buen líder: acertar con la formulación y la implantación de la estrategia de negocio; generar un buen retorno para los accionistas; gestionar los riesgos, y comunicar la estrategia de negocio de manera que consiga convencer, implicar y motivar a quienes deben ejecutarla porque, como concluyó, “una estrategia bien formulada pero que no es ‘comprada’ por aquellos que han de ejecutarla, nos generará buenos resultados”.
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