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El diario El Economista publica un artículo sobre el fracaso y la carrera profesional en el que ha contado con la opinión de Samuel Pimentel, Presidente de Ackermann International. «Lo importante del fracaso es la gestión que se hace de él y el aprendizaje que se obtiene del mismo» y «los errores hay que saber identificarlos, admitirlos, analizarlos, responsabilizarse de ellos y siempre, siempre, siempre, tratar de aprender de ellos» son algunas de las ideas que el Presidente de Ackermann International ha compartido. A continuación recogemos las reflexiones completas que Pimentel ofreció al periodista. Puedes leer el artículo original haciendo click en el botón que acompaña esta noticia.

Declaraciones de Samuel Pimentel, Presidente de Ackermann International:
«Para hablar de fracaso lo primero que tendríamos que hacer es definir bien qué entendemos por él ya que tradicionalmente (o culturalmente) ha sido un concepto con una connotación bastante negativa que daba a entender gran envergadura e, incluso, gravedad y, sobre todo, irreversibilidad y punto final. Sin embargo, dice el diccionario que fracaso es “tener un resultado adverso” y visto así, podemos decir que es algo habitual e inevitable en toda carrera profesional. ¿Quién no ha obtenido un resultado que no es el esperado alguna vez a lo largo de su carrera con una idea, un proyecto, una decisión que ha tomado, etc.?»
«Otra cuestión que merece la pena advertir es que hemos pasado de vivir en el mundo de lo complicado, donde los problemas tenían una solución predecible y única, solo había que descubrirla y repetir su aplicación; a hacerlo en el mundo de lo complejo, donde son múltiples las variables que intervienen en cada problema y ello hace que las soluciones sean totalmente abiertas y el único camino para llegar a ellas sea la creatividad, la experimentación y la innovación constantes. Este mundo es impredecible, aquí no hay caminos predefinidos, parafraseando al poeta, no hay camino, el camino se hace al andar… Y esto significa, primero, que la probabilidad de obtener un resultado que no es el esperado sea más elevada que nunca…; segundo, que ningún éxito del pasado garantiza los éxitos del futuro; y tercero, que las organizaciones necesitan por encima de todo profesionales curiosos, resilientes y con capacidad de aprendizaje, tolerancia al error y a la frustración dados los altos niveles de incertidumbre y volatilidad con los que nos toca manejarnos. No profesionales que vengan solo dispuestos a aplicar viejas recetas, es decir, acomodados e incapaces de salirse del camino que ya conocen, sino profesionales con la capacidad para descubrir, explorar, experimentar, solucionar, reaccionar y volver a empezar.»
«Dicho todo esto, lo importante del fracaso es la gestión que se hace de él y el aprendizaje que se obtiene del mismo y es en esto donde ponemos el foco los que nos dedicamos a la selección. El cómo un profesional o candidato afronta un fracaso es indicativo de todas esas cualidades que son hoy absolutamente necesarias: honestidad, humildad, autenticidad, transparencia, seguridad en uno mismo, credibilidad y capacidad de despertar confianza –estas cualidades las manifiestan aquellos profesionales que no ocultan sus errores, sino que los admiten, son capaces de hablar de ellos; capacidad de análisis y reflexión –la demuestran aquellos profesionales que son capacidad de identificar y explicar qué ha pasado y por qué-;  resiliencia y capacidad de aprendizaje –la poseen aquellos profesionales que saben reaccionar a ellos, extraer lecciones y se aplican en mejorar y en encontrar soluciones para no volver a caer en ellos-; y, por supuesto, curiosidad, iniciativa, creatividad…–porque solo quien se atreve a hacer algo se arriesga a obtener un resultado adverso;  ya sabes lo que dicen, solo el que salta a pista a lanzar a canasta corre el riesgo de fallar el tiro… el que se queda sentado en el banquillo tiene complicado fallarlo…»
«Los errores hay que saber identificarlos, admitirlos, analizarlos, responsabilizarse de ellos y siempre, siempre, siempre, tratar de aprender de ellos… para, si seguimos recordando al poeta, “al volver la vista atrás, ver la senda que nunca se ha de volver a pisar….”. Solo así se convertirán en una oportunidad de crecimiento profesional y personal para nosotros.»
El diario El Economista publica un artículo sobre el fracaso y la carrera profesional en el que ha contado con la opinión de Samuel Pimentel, Presidente de Ackermann International. «Lo importante del fracaso es la gestión que se hace de él y el aprendizaje que se obtiene del mismo» y «los errores hay que saber identificarlos, admitirlos, analizarlos, responsabilizarse de ellos y siempre, siempre, siempre, tratar de aprender de ellos» son algunas de las ideas que el Presidente de Ackermann International ha compartido. A continuación recogemos las reflexiones completas que Pimentel ofreció al periodista. Puedes leer el artículo original haciendo click en el botón que acompaña esta noticia.

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