«Una organización que quiera conseguir la excelencia de sus empleados ha de empezar por la selección para asegurarse contar con el talento adecuado para su compañía, cultura, retos y necesidades (el talento no es estándar ni funciona igual en todo tipo de compañías). Ha de contar a su vez con una cultura de la meritocracia y objetivos claros, que evalúe correctamente el desempeño y cuente con sistemas de reconocimiento. Necesita también apostar por la formación, el aprendizaje y el desarrollo de sus profesionales, porque solo cultivando la curiosidad, la capacitación, y la mejora continua podrá contar con la excelencia. Por supuesto ha de disponer de un modelo de liderazgo que genere confianza, empowerment y colaboración y un modelo de comunicación basado en la transparencia porque solo en entornos donde la gente se sienta implicada, escuchada, apoyada y partícipe, informada y alineada con los objetivos de la organización dará el 100%”. Asi se pronuncia Gema Monedero, Socia Directora de Ackermann Solutions en el reportaje que el suplemento Tu Economía de La Razón dedica a la excelencia empresarial.
«La excelencia de los empleados es condición sine qua non en la labor de los departamentos de RRHH. La excelencia aúna capacidad y voluntad – el poder hacer y el querer hacer- e implica entrega, compromiso, dedicación, constancia, afán de mejora continua, curiosidad, colaboración y ética. La excelencia es, por tanto, la puesta en acción del talento. Hablamos mucho de que el talento es el principal driver de las organizaciones hoy; añadiría que el talento puesto en acción, o, dicho de otro modo, la excelencia de los profesionales que componen la organización.», añade Monedero.