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«La empatía está en la génesis de la capacidad de escucha, de la flexibilidad, de la comunicación, de la generación de confianza, de la creatividad, del trabajo en equipo y del liderazgo. La empatía es la cualidad que nos permite escuchar a los demás y atender otras perspectivas y puntos de vista diferente al nuestro. Alimenta la curiosidad y nos abre a nuevas ideas. Es básica para crear lazos de confianza, respeto y colaboración. Y para conectar con los clientes y diferentes stakeholders ya que facilita, desde la comprensión de sus deseos y necesidades, la aportación de valor. Facilita también la negociación, algo absolutamente esencial en el escenario laboral. Es básica, por tanto, para el trabajo en equipo, para la comunicación, para la negociación y para el liderazgo», afirma José Antonio García, Socio Director General de Ackermann Solutions en La Razón. El suplemento «Tu Economía» de este periódico publica un tema dedicado a la empatía para el que ha contado con la opinión del experto de Ackermann International. Compartimos algunas de las reflexiones que el Director General de Ackermann Solutions realizó:

«Más allá de la definición popular de empatía, me gustaría destacar que la empatía es una cualidad o habilidad fundamental  en el plano social y también en el laboral ya que es fundamental para conseguir conectar y relacionarnos con los demás. Hemos de tener en cuenta que hemos pasado de una economía de la transacción (marcada por la compra de productos y servicios) a vivir inmersos en una economía de la emoción (marcada por las experiencias de uso, y la creación de comunidades y fans de una marca), donde la generación de la relación y la lealtad se convierte en factor critico de éxito. Asimismo, hemos evolucionado desde el mundo de lo complicado al mundo de lo complejo. En el mundo de lo complicado, los problemas tenían una solución predecible y única, bastaba con descubrirla, sistematizarla, procedimentarla, y aplicarla . En el mundo de lo complejo, los problemas son impredecibles porque en ellos intervienen múltiples variables; las soluciones son abiertasy requieren, por tanto, de grandes dosis de creatividad y de talento. Ambas circunstancias nos colocan en un escenario absolutamente relacional y colaborativo, donde el individualismo no tiene cabida  y la fuerza radica en la cooperación, el trabajo en equipo, la suma de ideas y perspectivas. Y es por ello que la empatía cobra gran relevancia».

«No es sin embargo algo que abunde en unos tiempos donde prima el interés propio y donde cuesta cada vez más ponerse en la piel de la otra persona e intentar «ver»a través de sus motivaciones, su forma de entender las cosas, de vivirlas. Quizá eso la hace aún más especial».

 

 

 

 

«La empatía está en la génesis de la capacidad de escucha, de la flexibilidad, de la comunicación, de la generación de confianza, de la creatividad, del trabajo en equipo y del liderazgo. La empatía es la cualidad que nos permite escuchar a los demás y atender otras perspectivas y puntos de vista diferente al nuestro. Alimenta la curiosidad y nos abre a nuevas ideas. Es básica para crear lazos de confianza, respeto y colaboración. Y para conectar con los clientes y diferentes stakeholders ya que facilita, desde la comprensión de sus deseos y necesidades, la aportación de valor. Facilita también la negociación, algo absolutamente esencial en el escenario laboral. Es básica, por tanto, para el trabajo en equipo, para la comunicación, para la negociación y para el liderazgo», afirma José Antonio García, Socio Director General de Ackermann Solutions en La Razón. El suplemento «Tu Economía» de este periódico publica un tema dedicado a la empatía para el que ha contado con la opinión del experto de Ackermann International. Compartimos algunas de las reflexiones que el Director General de Ackermann Solutions realizó:

«Más allá de la definición popular de empatía, me gustaría destacar que la empatía es una cualidad o habilidad fundamental  en el plano social y también en el laboral ya que es fundamental para conseguir conectar y relacionarnos con los demás. Hemos de tener en cuenta que hemos pasado de una economía de la transacción (marcada por la compra de productos y servicios) a vivir inmersos en una economía de la emoción (marcada por las experiencias de uso, y la creación de comunidades y fans de una marca), donde la generación de la relación y la lealtad se convierte en factor critico de éxito. Asimismo, hemos evolucionado desde el mundo de lo complicado al mundo de lo complejo. En el mundo de lo complicado, los problemas tenían una solución predecible y única, bastaba con descubrirla, sistematizarla, procedimentarla, y aplicarla . En el mundo de lo complejo, los problemas son impredecibles porque en ellos intervienen múltiples variables; las soluciones son abiertasy requieren, por tanto, de grandes dosis de creatividad y de talento. Ambas circunstancias nos colocan en un escenario absolutamente relacional y colaborativo, donde el individualismo no tiene cabida  y la fuerza radica en la cooperación, el trabajo en equipo, la suma de ideas y perspectivas. Y es por ello que la empatía cobra gran relevancia».

«No es sin embargo algo que abunde en unos tiempos donde prima el interés propio y donde cuesta cada vez más ponerse en la piel de la otra persona e intentar «ver»a través de sus motivaciones, su forma de entender las cosas, de vivirlas. Quizá eso la hace aún más especial».