La subida del IRPF a las rentas altas que el Gobierno ha pactado con Unidos Podemos preocupa en los despachos de las grandes empresas. Por una parte, por la gestión de los salarios de los altos directivos que ya forman parte de las plantillas. Por otra, por la atracción de los perfiles de interés para las compañías. Samuel Pimentel, Presidente de Ackemann International, advierte de la pérdida de atractivo para multinacionales y profesionales ya que “no serán pocos los altos ejecutivos que se vean salpicados por esta carga impositiva”. Según explica, “cuando una empresa saca vacantes en España todos quieren venir aquí, porque los precios son relativamente bajos en comparación con Europa. Subir el IRPF daña esta imagen, porque ninguno de los directivos quiere perder dinero”. Además, añade, si la empresa puede elegir entre mandar a varios ejecutivos a España o enviarlos a otra región con una fiscalidad más atractiva, “optará seguro por la segunda opción”. Las diferencias en cuanto al gravamen, continúa Pimentel, también son enormes al comparar España con países como Dubái, México, Chile o Italia.
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