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La Razón

La integridad, base de una buena gestión de los negocios

September 9, 2018

“Vivimos en un mundo absolutamente conectado y transparente, en el que las empresas han dejado de ser fortalezas y sus muros se han convertido en paredes de cristal. Todo lo que ocurre en ellas es susceptible de saberse y se sabrá. La autenticidad y la integridad son el pasaporte para despertar la confianza y la credibilidad, generar reputación, atraer y comprometer talento, y asegurar la excelencia y la sostenibilidad”. Con estas palabras destaca Gema Monedero, Socia Directora del área de Consultoría de Ackermann International, la importancia de la integridad en el entorno empresarial en un artículo que publica el sumplemento “Tu economía” de La Razón.

A continuación compartimos las reflexiones íntegras que la Socia Directora del área de Consultoría de Ackermann International compartió con la publicación:

¿Qué se entiende por integridad en las empresas?

Gema Monedero: “La integridad empresarial es un valor corporativo de máxima importancia, y cada vez más vital para una organización. Está íntimamente relacionado con la coherencia, la ética, el respeto, la responsabilidad, la autenticidad, la transparencia.   Determina la manera de abordar los retos diarios e impregna la forma en que la empresa busca sus oportunidades, toma sus decisiones, diseña sus sistemas y procesos organizativos, se relaciona e interactúa con sus diferentes stakeholders y se dirige al mercado”.

¿Qué importancia tiene? ¿Cuál es su impacto sobre el comportamiento de los empleados y el
resto de stakeholders?

Gema Monedero: “Su importancia es crucial y creo que es un valor diferencial. Las oportunidades de diferenciación se reducen en un mercado complejo, incierto, global, hiperconectado, hipertransparente y saturado de empresas como el actual y se focalizan principalmente hacia el cómo se hacen las cosas. Clientes, accionistas y empleados exigen cada vez más y evalúan con mayor rigor la  forma de actuar de las empresas. Buscan algo más que los resultados y la calidad del producto/ servicio; quieren vincularse a marcas con buena reputación, con las que compartan valores y principios y que sean capaces de ganarse su credibilidad y confianza”.

“Y hablando de confianza y de credibilidad, ¿en quién confiamos? En aquellos que manifiestan congruencia e integridad. La integridad es la que pone en acción los principios y valores;  es la que conduce hacia la búsqueda de lo correcto y el valor perdurable. Es la que dota de un marco o contexto común para desempeñar la actividad; la que guía, une, moviliza y compromete; la que infunde un sentido de responsabilidad compartida, la que genera un compromiso social y la que permite actuar y responder de manera coherente, rápida y ética a los desafíos actuales. Desde la integridad se genera la confianza y desde la confianza se construye la reputación corporativa, convertida hoy en una indiscutible ventaja competitiva. ¿Qué accionista, qué profesional, qué cliente o qué proveedor quiere verse relacionado con una empresa o marca que carece de principios, ética o integridad y tiene, en consecuencia, mala reputación?”

¿Las empresas tienen en cuenta esta concepto?

Gema Monedero: “Sin duda. El coste de no hacerlo es muy alto. Vivimos en un mundo absolutamente conectado y transparente, en el que las empresas han dejado de ser fortalezas y sus muros se han convertido en paredes de cristal. Todo lo que ocurre en ellas es susceptible de saberse y se sabrá. La autenticidad y la integridad son el pasaporte para despertar la confianza y la credibilidad, generar reputación, atraer y comprometer talento, y asegurar la excelencia y la sostenibilidad”.

 

 

 

 

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